El nombre de labradorita viene del lugar donde se encontró por primera vez, en la Península de Labrador, Canadá.
Aunque el color de base de la labradorita es gris, en su superficie presenta iridiscencias cromáticas de color púrpura, naranja, rojo, dorado, azul y verde. Esta característica se llama adularescencia y hace que la labradorita sea una piedra apreciada para la elaboración de joyería.
Su procedencia puede ser: Madagascar, Groenlandia, Finlandia, Estados Unidos, Canadá, México, Rusia e Italia.
Sus propiedades energéticas son: Fomenta la cortesía ante un cliente, además ayuda al personal de tiempo parcial en la participación plena en una empresa, en fin, hace que la rutina en el trabajo sea más agradable.
Reduce el comportamiento antisocial, impulsivo e imprudente de un joven o de un adulto.
Además ayuda a desintoxicar por efectos de tabaco, alcohol y drogas.
Ayuda en el desarrollo de la sensibilidad de las manos, es muy útil para personas que emplean el tacto para curación, por ejemplo los fisioterapeutas.
Calma la mente hiperactiva; energiza la imaginación dando nuevas ideas.
Este mineral es capaz de devolver la espontaneidad y alegría de una persona que se sienta decaída.
Elimina las emociones de la rutina diaria y las circunstancias agobiantes por la responsabilidad.
Es capaz de despertar el sentido de cambio, emoción y aventura.
Impulsa la introspección, además aporta claridad del pensamiento para ayudar a disipar la ilusión.
Ayuda a eliminar los miedos e inseguridades y a su vez aumenta la fe y la confianza en sí mismo.